El desfile de años viejos
El 31 de diciembre las calles de la ciudad se llena de monigotes elaborados con ropa vieja, papel y aserrin, que representan el año que acabará a la medianoche cuando será quemado en un ritual de remotos y profundos significados. Desde temprano ese dia, chiquillos que acuden a los transeuntes con ansiosas solicitudes de dinero de tipo: "una limosnita para el año viejo, por favor" y las "viudas" representadas usualmente por hombres disfrazados de negro y la cara con velos oscuros solicitan ayudas para el "entierro decoroso" o cremación del "difunto" inmediatamente despues de las doce de la noche. El evento principal del dia con participación de multitudes es un concurso de los monigotes que desfilan por las calles principales representando alegorías usualmente políticas en las cuales el año que agoniza deja en un "testamento" cargado de ironías, todo lo que ha representado significantes en ese periodo para la ciudad y el país. Se otorgan premios en dinero y el motivo ganador es quemado en la plaza principal al terminar ese día en medio de la verbena popular que generalmente organizan las autoridades municipales para recibir el año nuevo, y es posible que en esos momentos en realidad la ciudad comienza a ser invadida con el espíritu lúdico y catártico del carnaval.